viernes, 20 de marzo de 2020



Crítica Literaria 
Análisis de la estructura narrativa y semiótica del cuento “El Aleph” de Jorge Luis Borges
Perspectiva del narrador:protagonista.
Posicionamiento del narrador: 1° persona

El cuento, “El Aleph” de Jorge Luis Borges es una de las más complejas entre los 19 cuentos de la colección.
Es importante aclarar, antes de iniciar cualquier análisis sobre un cuento de Borges, que este  autor se caracteriza por utilizar lenguajes bastantes cultos, recurre a la mitología y en ocasiones somete en su historia aspecto metafísicos, teológicos, filosóficos, como es el caso del Aleph, sin olvidar algunas técnicas que utiliza para jugar con la mente del lector, un ejemplo es el laberinto.
Para comprender este proceso de la construcción narrativa, es necesario acompañar la teoría con el argumento, incluyendo algunos ejemplos textuales hallados en el cuento.

En esta obra, el tema principal es la percepción del mundo, el tiempo y todos los alrededores (esto se ve específicamente entorno al Aleph), otros temas recurrentes son: la sátira contra la literatura (en especial cuando el personaje recuerda algunas de las líneas de un poema, líneas de una sátira que fustigó con rigor a los malos poetas, observando cómo ganaban  premios por su trabajo literario), y el concepto sobre la muerte (cuando Borges habla consigo mismo, recuerda a Beatriz Viterbo diciendo que ya ella estando muerta “el incesante y vaso del universo ya se apartaba de ella ,y que ese cambio era el primero de una serie infinita”).


El Aleph, es como un puente entre el universo y el narrador; en este trance, el narrador es Borges (personaje-protagonista), no es el autor real, aquí aparece uno de los conceptos de la teoría de Booth “autor implícito” este se distingue del autor real (Jorge Luis Borges) como el del narrador (Borges-personaje). Es decir, el autor implícito es la imagen que el autor real proyecta de sí mismo dentro del texto (realidad intratextual). Esto puede también caer en contradicción a través de la lectura hecha por el lector, presentando cualidades contradictorias entre el narrador y el autor.

A lo largo del relato, el protagonista coincidentemente es la voz del narrador, percibe lo que va sucediendo en el mundo, pero él interpreta según sus propias experiencias lo ocurrido.

El cuento comienza luego de la muerte de Beatriz Viterbo – febrero 1929 –.El narrador, quien tiene el mismo nombre que el autor real, comienza una relación amistosa con Carlos Argentino Daneri, el primo hermano de Beatriz; esto comenzó luego de que Borges comenzara a visitarlo cada cumpleaños de la difunta – 30 de abril – a su casa como muestra de aprecio hacia ella.

Daneri comienza así a compartir sus experiencias e ideas sobre un poema escrito llamado “La tierra”, él comienza algunas lecturas respecto a su composición, donde intenta narrar treinta siglos de historia en tan solo cuatro versos. Desde el comienzo del cuento, Borges está manipulando al lector, este lector que también es implícito, esto quiere decir que va a un determinado tipo de lector, pero, dentro del texto al cual se dirige todo el relato narrado por el protagonista es a un narratario que no conocemos nosotros, los lectores reales. Ejemplo:

“Arribo, ahora, al inefable centro de mi relato, empieza aquí, mi desesperación de escritor. Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿Cómo transmitir a los otros el infinito del Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?”; aquí se observa que se dirige al narratario.

La manipulación está en la percepción del tamaño que tiene el narrador sobre el Aleph, el poder de capsular  tanta historia en un poema tan pequeño pero lleno de valor.

Borges y Daneri fueron más confidentes, así un día en una llamada lo cita a tomar café en el salón-bar de Zunino y de Zugri, confesándole que la casa será demolida; él no quería esto porque allí en el sótano estaba el Aleph (su inspiración para terminar su poema) y Borges no quería esto porque la recordaba a su amada Beatriz.

Todo esto es narrado en la primera persona protagonista. Seguidamente Carlos, confiesa a Borges que había descubierto el Aleph, y decide mostrarlo, este acepta por resignación más que por curiosidad. Así Borges baja al sótano, se acuesta, mira hacia las alturas en dirección a las escaleras, cierra los ojos y los abre de nuevo, ahí logra ver el Aleph, y a la vez el universo, todas las maravillas, los detalles. El narrador comienza a ver todo el universo desde el Aleph, se logró ver así mismo, su propia sangra circulando, y demás maravillas, pero también vio cosas malas, dolorosas, hasta el desliz amoroso que Beatriz tuvo con su primo Carlos Argentino.
Finalmente, Borges decide que es mejor que el Aleph sea destruida, y decide vengarse de Daneri de esta forma; luego se despide de él.

Seis meses después, Daneri recibe el Segundo Premio Nacional de Literatura por su poemario. La casa ya había sido demolida, y el Aleph ya no existía. Luego de haber visto el Aleph, el narrador duda acerca de su existencia y su veracidad.
Al final del cuento de Borges, explica lo que es el Aleph, seguidamente lo compara con otros objetos de épocas pasadas; allí cierra su relato, con una carta dirigida a Estela Canto (no se sabe quién es), dejando tres hipótesis a disposición del lector, respecto al Aleph y el final:

1.      La existencia o no del Aleph en la casa de la calle Garay.
2.      La posibilidad de que este fuera falso o verdadero.
3.      La posibilidad de haberlo visto y haberlo olvidado.

Así, gracias a la buena lectura uno logra entender quien narra el cuento, Borges es el narrador y al mismo tiempo el protagonista, él transmite su sentimiento, su pensamiento, y reproduce con su voz el discurso del resto de los personajes; ejemplo: -Lo evoco- dijo con una animación algo inexplicable-(estilo directo) para Genette sería el discurso restituido.
En el siguiente gráfico, se explicará mejor la teoría de Booth que se aplicó para analizar este cuento:



Borges y el ultraísmo


El ultraísmo fue un movimiento de vanguardia que se definió fundamentalmente por su oposición al modernismo y a la Generación del 98. Contra ese movimiento se levanta el ultraísmo, cuyo teórico más importante es Jorge Luis Borges.

En un manifiesto que se le atribuye  su redacción a Borges, señalan los ultraístas: "Los que suscriben, jóvenes que comienzan a realizar su obra, y que, por eso crean unos vamos pleno de afirmación, de acuerdo con la orientación señalada con Cansinos-Asséns en la revista Interviú que, en diciembre último, celebró con Javier Bóveda en El Parlamentario, necesitan declarar su voluntad de un arte nuevo que supla la última evolución literaria: el novecentismo".

Considerando el concepto del ultraísmo, Borges escribe en 1921 en la revista Nosotros todas las actitudes y principios de los ultraístas, y publica un año después en esa misma revista una antología de poemas ultraístas; para que un año más tarde, reprobada y hasta despreciara aquellos comienzos de su obra y todo lo relacionado con el ultraísmo. Su entusiasmo de una época, de unos años-de 1919 a 1922-pronto se trocó en desdén y aún en agresividad.

Aún así, Borges dotó sus obras de símbolos, temas filosóficos, teológicos y futuristas. Hizo uso del laberinto e incluyó las experiencias oníricas; es decir, sus obras permiten apreciar la calidad literaria de su contenido cargado de muchas metáforas y términos que son considerados neologismos.

Símbolo y Significado de “El  Aleph 

¿Qué es el Aleph?

El álef o alef (también aleph) es la primera letra del alfabeto hebreo.

Equivale a la letra fenicia “´alp”, al igual que la letra griega alfa (A), la A del alfabeto latino y a su equivalente cirílico. El término álef significa “buey”, por lo que proviene de la letra egipcia hierática que representaba dicho animal; de hecho si se invierte una “A” mayúscula, se puede reconocer aún la cabeza de un buey y sus cuernos.

Según la Real Academia de la Lengua Española el Aleph es el nombre de la primera letra del alfabeto, o, lo que es lo mismo, la primera de las consonantes en el alfabeto hebreo. Es representado con el signo gráfico” ” que debe escribirse y pronunciarse “álef”.
El origen de la letra álef se registra en la Edad de Bronce, unos mil años antes de Cristo, en el alfabeto protocananeo, que es el antecedente más lejano de nuestro alfabeto actual.

Usos del Aleph en:

·           Matemática
En este ámbito los distintos tipos de números infinitos que representa.
Por ejemplo, representa el cardinal de los números naturales.

·           Misticismo
Debido al carácter místico del alfabeto, su primera letra dio nombre a El Aleph, el punto mítico en que convergen todos los puntos del universo, en la obra de Jorge Luis Borges.

·           Literatura
Borges describe el Aleph como “una pequeña esfera tornasolada de casi intolerable fulgor”, cuyo diámetro sería “de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba allí, sin disminución de tamaño”. Según Borges el Aleph es el punto mítico del universo donde todos los actos, todos los tiempos (presente, pasado y futuro), ocupan “el mismo punto, sin superposición y sin transparencia”. De lo cual se desprende que el Aleph representa, tal como en matemáticas, el infinito, y por extensión el universo.

Símbolo del Aleph

El Aleph no solo es la primera letra del alfabeto hebreo sino del Decálogo (Los diez mandamientos del Sinaí).

El Aleph como símbolo de la unidad, de la individualidad, comprende en su esencia el alfabeto completo y es así símbolo del “eterno infinito” (Ein – Soph).
Respecto al símbolo y la naturaleza que encierra el Aleph según Borges, dice textualmente ya casi al final del cuento:
“Dos observaciones quiero agregar: Una, sobre la naturaleza del Aleph; otra sobre su nombre.
Este, como es sabido, es el de la primera letra del alfabeto de la Lengua Sagrada. Su aplicación al disco de mi historia no parece casual. Para la Cábala, esa letra significa el “Ein Soph”, la ilimitada y pura divinidad; también se dijo que tiene la forma de un hombre que señala el cielo y la tierra, para indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa del superior.”

Para aclarar esto último, Borges nombra la Cábala; (una disciplina y escuela de pensamiento esotérico relacionada con el judaísmo) que considera al Dios Creador como ente incorpóreo, eterno, inmutable y perfecto. El mundo ha sido creado por su voluntad y por su impulso, ya que se requiere un movimiento para salir del estado de inercia primordial donde no existe ni espacio, ni tiempo, ni movimiento.

Todo lo que existe es la obra de Dios creador y se mantiene fuera de él. La etimología de la palabra existencia (existiere) expresa bien precisamente esa característica; lo que se tiene fuera de sí, algo que se proyecta sin cesar.

En este sentido, la existencia (todo lo que existe) es lo “objetivo” (ob-jectum, lo que está proyectado delante y fuera de sí).

Definir el concepto de existencia negativa es imposible, porque el hacerlo niega su propia existencia.

Cuando, según el texto de la Biblia (Éxodo 3:4), Moisés le pregunta a Dios ¿Quién eres?, este responde: Yo soy el que es. Dios es pues, indefinible, imposible del limitar y precisar, de otra manera él dejaría de ser “lo que es” para dar paso a otro Creador Superior, lo que es contradictorio. Dios es lo indecible.
                                                                                                                              
La creación del mundo según la Cábala

 







Ain: es el nombre cabalístico de la existencia negativa.
Ain Soph: es la expansión ilimitada.
Ain Soph Aur: es la luz ilimitada.
Kether: Lugar donde emanan la voluntad y el poder creador.

En pocas palabras, al comienzo estaba el Ain, la nada, el vacío absoluto. Después vino el ain Soph, el espacio infinito y sin límite. En fin, vino el Ain Soph Aur, la luz infinita, que llenó primero el Ain Soph y después se contrajo, haciendo nacer la vida en la esencia misma se la luz: Kether.

Es increíble como Borges incursionó todo esto, en  el relato de un cuento tan místico- filosófico y teológico; esto genera en definitiva una confusión, al leer uno es como caminar en  un  infinito laberinto, pero al comprender todo el texto, uno logra acertar una salida espléndida y grata.

El principio del laberinto: 

Borges tiene una idea muy suya de concebir la idea del laberinto. En general, cuando se piensa en la noción de laberinto, se le atribuye espontáneamente como rasgo principal ya sea el que corresponde a ‘’para perderse’’, ya sea el ‘’de donde no se puede salir’’. Parece claro que Borges adopta esta segunda acepción. De allí su asimilación de laberinto al infinito.

Un laberinto es un lugar determinado y circunscripto (y, por lo tanto, finito), cuyo recorrido interno es potencialmente infinito. El sujeto del laberinto borgeano no está afuera, preguntándose por el sendero que lleva a su centro, desde siempre, resignado a no poder salir.

Jorge Luis Borges vivió fascinado por los laberintos. El laberinto borgeano es un sincretismo de lo apocalíptico (maraña caótica sin sentido) y de una profunda esperanza.
El laberinto borgeano simboliza el proceso transformador de la experiencia humana donde el viajero constantemente se enfrenta a la destrucción, pero también a la creación de sí mismo.

En las obras de Borges se distinguen diversas clases de laberintos, pero, sin duda su favorito es el del tiempo.Para Borges el universo es un laberinto caótico por el que el hombre vaga perdido y en el que se han borrado sus límites entre ficción y realidad. Sobre ese universo/mundo absurdo, el autor va a formular su hipótesis y conjeturas. Sus cuentos no se limitan a ser una crónica de la realidad, sino que son un intento de desentrañar los enigmas que este encierra.

En el cuento ‘’El Aleph’’ notamos la presencia del laberinto a través de  la técnica de las cajas chinas, que son frecuentes en sus cuentos. Esta técnica la evidenciamos en la historia y muerte de Beatriz que da paso a las visitas de Borges (personaje) a sus familiares, a la relación con Carlos Argentino, a la trama literaria y, finalmente, al conocimiento del Aleph.
Como hemos visto, podemos notar la presencia de un laberinto que se va construyendo a partir de hechos simples a los más amplios.


Los personajes en el Aleph de Borges

Personajes planos y redondos, movidos por principios o por objetivo

La conocida clasificación (“personajes planos y redondos”) del novelista británico Edward M. Forster merece una ampliación y una profundización, para luego proceder a clasificar los personajes del Aleph en planos o redondos para comprender el motivo.

Además se tendrá en cuenta los conceptos del sociólogo Max Weber, que estableció de un modo claro la elegante distinción entre objetos de estudio y conceptos y los problemas del conocimiento derivados de la confusión no del todo consiente entre las palabras y las cosas (movidos por principios o por objetivos), en que se posiciona el personaje.

Para Forster, “Plano” es el concepto que utiliza para indicar que al personaje no le suceden cosas interesantes y se mantiene siempre igual asimismo, pase lo que pase a su alrededor. Generalmente encarnan un vicio o una virtud y funcionan un poco al modo de máquinas que siempre actúan igual ante idénticos estímulos o lo que es peor, actúan igual ante estímulos diferenciados. (Forster: 1997, 74-84).

En el Aleph de Borges, los personajes planos son, teniendo en cuenta el concepto de Forster:

· El padre de Beatriz (solo es mencionado por Borges-personaje).
· Zunino y Zungri (dueños del salón del bar), jamás tuvieron una participación dinámica, solo son ambiciosos desde el principio hasta el final.
· Álvaro Preví (es un escritor, que pertenece al Club de Escritores).

Por otra parte, los personajes “redondos”, es el concepto que Forster usa para indicar al personaje, al que no solo le pasan cosas, sino que estas le afectan y en consecuencia cambia.
(Forster: 1977, 53-97).



En el Aleph de Borges, los personajes redondos se componen de:

·                    Carlos Daneri: en un principio es motivado a escribir versos extravagantes inspirados por el Aleph, luego cambia al ser destruido el Aleph, cambia su plano como escritor, y tras varios meses gana el segundo Premio Nacional de Literatura.
·                    Borges: el narrador –protagonista, que siempre actuó de forma neutral, cortés con Daneri, nunca intentó decir o cambiar algún parecer a Carlos a pesar de que también él es escritor, hasta que tiene esa experiencia ante el Aleph, decidiendo vengarse del primo hermano de Beatriz, lo que ve causa en él dolor y por ende sus principios cambian.
·                    Beatriz: si bien, esta enamorada eterna no aparece como un personaje actante propiamente dicho, está en la mente de Borges (personaje), ella inspira en el protagonista recuerdos bellos, momentos especiales, aunque cuando él llega a ver en el Aleph algo doloroso, ella ya no inspira en él esos mismos sentimientos, sino siente deseo de venganza, cosa que jamás se le cruzó en la mente.

Así, dentro de una misma obra, puede haber personajes planos y redondos. La presencia de personajes planos hace más redondo a los personajes redondos, por contraste y viceversa.

Ahora bien, es importante aclarar que, redondo o plano no significa profundo o superficial.

Un personaje, es profundo cuando pone en evidencia ante el lector alguna herida, malestar o reflexión sobre su vida, y es superficial cuando los hechos que afectan o aquejan al personaje son externos y no internos, en ocasiones se refieren a sucesos banales  lo que le afecta.
Entonces, en una indagación narrativa, se puede establecer que el personaje plano puede dar lugar a profundidades. El autor las coloca a lo largo de la obra como un sistema de  minado narrativo, el lector depende de su entrenamiento personal para verlo o no como tal.

Por otra parte y como contraste, el personaje redondo puede a veces resultar aburridamente superficial si está todo el tiempo estableciendo comparaciones, asociaciones, silogismos, tautologías y demás tipos de pensamientos, incluso emociones.

De esta manera la categoría de un personaje “redondo” no garantiza su “profundidad” ni siquiera una “interesante”, en términos narrativos, “superficialidad”.

“Redondo” y “plano” son conceptos y la realidad narrativa es mayor. Son “tipos ideales” a partir de ellos se puede establecer un paradigma para indagar los personajes no para medirlos. “Profundidad” y “Superficialidad” son otros dos conceptos por definir que contribuyen al establecimiento del tipo de indagación en la creación de personajes.

En cuando a los personajes movidos por objetivos o por principios se tiene varios conceptos, según Weber; se puede establecer una clasificación y son:

·                    Personajes redondos y movidos por  objetivo.
·                    Personajes redondos y movidos por principios.
·                    Personajes redondos y movidos por objetivo.
·                    Personajes redondos y movidos por principios.

Anteriormente, se ha explicado que son los personajes “planos” y “redondos”; ahora los “movidos o regidos por objetivos”, persigue un fin dentro de la trama narrativa y los “movidos o regidos por principios”, estos personajes son muy interesantes, estos son más profundos.
·                    Los personajes movidos por un objetivo: son aquellos personajes que quieren conseguir algo. Desean obtener algo y atraviesan una serie de procesos con obstáculos y elementos que le facilitan el camino. (Weber: 1979,13-28); (Carlos Daneri en el Aleph pertenece a este tipo de personaje, él deseaba conservar el Aleph y aparece un obstáculo, la demolición de la casa, lo que impide que él siga escribiendo su poema “La tierra”.

·                    Los personajes movidos por principios: Son aquellos personajes que basan sus decisiones en la acción narrativa en un “principio”. Entiéndase por principio no solo los principios éticos o de alguna de las múltiples morales presentes en la realidad narrativa.(Weber:1979.15-20).
En este tramo Borges es movido por un principio, él que es “neutral” aparentemente, al tener en su frente una visión mediante el Aleph, cambia su pensamiento, responde de otra manera, toma una decisión frente a una determinada acción.



Finalmente, para presentar este análisis de forma más resumida y clara, se utiliza un instrumento conceptual (según Forster y Weber) que consiste en un cuadro de doble entrada en el cual se puede introducir a cualquier personaje a la hora de analizar o concebir cualquier trama narrativa.

Personajes
Regidos o movidos por objetivos
Redondos
Planos
Profundo
Superficial
-Carlos Argentino Daneri


-Carlos Argentino Daneri
Regidos o movidos por principios
-Borges (narrador protagonista) y Beatriz
-El padre de Beatriz.
-Zunino y Zungri
-Álvaro Preví
-Borges (narrador-protagonista)






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